Monday, May 21, 2007

ESPIRITUALIDAD Y ANARQUISMO:

LAS DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA

"El problema no es que los políticos nos mientan:el problema es que los creamos".

1. En estos últimos años hemos venido investigando sobre la Sociología del Movimiento de Jesús (MJ) y hemos ido encontrando en él interesantes analogías con una "concepción del mundo" anarquista. Por eso, pensamos que espiritualidad y anarquismo no son sino dos aspectos de una misma realidad, de un mismo estilo de vida ( "way of life"). Sin embargo, en este artículo no quisiéramos tanto investigar sobre la espiritualidad del MJ y sus estrechos vínculos con el anarquismo. Más bien queremos precisar las relaciones entre lo que denominamos una espiritualidad fundamental y el neoanarquismo.

2. ¿Qué entendemos por espiritualidad fundamental? Partimos de la idea de que existe una espiritualidad básica, una espiritualidad de la vida y de lo cotidiano, que representa algo que está en lo más profundo de las diferentes religiones. Dicho con otras palabras, es algo "previo" (fundamental) a las diferentes religiones históricas, aunque cada una de ellas lo encarna de diferente manera, según su especial marco cultural.

En efecto, si observamos atentamente nuestra mente , observamos en ella, durante el transcurso del día, una serie de actitudes y actividades marcadas por connotaciones de alegría, tristeza, enojo, amor, odio, celos, creatividad, duda o confianza. Igualmente podemos observar un montón de pensamientos dispersivos y cambiantes, que se presentan en nuestras mentes, como las olas se presentan en la orilla de una playa. También podemos observar imágenes que se suceden en nuestras mentes, unas tras otras, aparentemente sin ninguna lógica (a no ser, tal vez, la lógica de la contigüidad). Pues bien, estas diferentes actitudes cruzan continuamente nuestro cotidiano.

Aprender a observar nuestra mente es una tarea de las más difíciles, pero también una de las más necesarias e irrenunciables. He aquí el comienzo de la espiritualidad fundamental. En el proceso de socialización de nuestras vidas, nos enseñan muchas cosas, excepto tal vez las más importantes y esenciales. El aprender a entrar dentro de nosotros mismos y conocernos es una de ellas, una de las más básicas y necesarias para la vida. Es decir, para lo que hoy denominamos calidad de vida. Se trata de desarrollar radicalmente el viejo principio socrático (tomado del Templo de Apolo en Delfos) que rezaba así: "Conócete a ti mismo".

(Mal)vivimos vueltos exclusivamente para lo exterior, malgastando nuestro tiempo, sin aprender a entrar en nosotr@a mism@s y a trabajar nuestra mente, nuestro interior. Esto es crucial. Esa "maquinita" nos domina en el día a día. Para bien o para mal, la mente está en la intermediación de todas nuestras vivencias. Necesitamos por lo tanto trabajarla, para que tengamos pleno autodominio sobre ella. En caso contrario, ella nos dominará a nosotr@s...

3. Por consiguiente, la espiritualidad fundamental, tal como la entendemos, es la 'metodología' adecuada para vivir una existencia humana realmente integrada, plena y profunda., para superar una mente conflictiva. Este reto es para cualquier ser humano, sea cual fuera su religión histórica o si es ate@ y/o agnóstic@. Una vez más, nos enseña a vivir, buscando la mayor plenitud posible.

Mediante la meditación (especialmente la 'meditación sin objeto') logramos poner un 'interruptor' en nuestra mente y aprender a descansar y a relajarnos. Sin eso, estamos condenad@s al "stress" por excelentes que sean nuestros proyectos de solidaridad y justicia social. Queremos ayudar a la gente, a mucha gente, pero si no nos conocemos a nosotr@s mism@s, ¿ayudaremos realmente o esclavizamos más a los demás? He aquí una pregunta central.

4. También es importante entender el "principio del ego" que rige nuestras acciones. Hay una "mente egocéntrica" que es la motivadora de todo lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos. Esta mente es una mente divisiva, dualista, ya que divide la realidad entre el 'ego' y el 'no-ego', o entre nosotros y el mundo. El 'ego' busca sus propios intereses, muchas veces recubiertos incluso de lenguaje o pensamientos religiosos. El 'ego'es sutil, multiforme y es uno de los principales obstáculos para nuestro avance espiritual. Pero es absurdo enfrentarse al "dragón" cara a cara. Porque, entre otras cosas, no se trata de destruir al dragón, sino de ponerlo al servicio de nuestro ser más profundo.

Es inteligente comprender que, en casi todas las espiritualidades, por no decir en todas, superar el 'ego' es la tarea central, aunque esto no se haga a base de voluntarismo y sí de voluntad con comprensión. La espiritualidad requiere mucha comprensión, de nosotr@s mism@s y de los procesos humanos colectivos (también de la naturaleza).

Este ego se manifiesta en nuestros 'apegos', nuestros aferramientos. Nos apegamos a todo, desde lo más "espiritual" a lo más "material". Es decir, hay aferramientos más sutiles y elevados (pero aferramientos al fin y al cabo) y aferramientos más burdos y prosaicos. Todo porque seguimos el "principio del placer-displacer", que nos indica el camino de buscar en todo el placer y evitar el dolor y el sufrimiento. Hay filósofos que han hecho del cálculo del balance placer-displacer la norma misma del juicio ético .

No nos parece negativo buscar el placer y evitar el displacer. El problema es quedar atrapad@s o entrampad@s en ello, aferrad@s a la búsqueda del placer. Pero si lo observamos despacio, ésta es normalmente la "ética" en que nos movemos a lo largo de nuestro cotidiano. La práctica verdaderamente espiritual estaría aquí en utilizar las cosas sin apegarnos a ellas. No atarnos. Ser libres. Esta es la gran libertad interior. Nos parece que, al fin y al cabo, 'espiritualidad de lo cotidiano' es sinónimo de 'libertad total'. Libertad total que, por supuesto, no significa "hacer lo que me da la gana", sino una libertad "de dentro hacia fuera", que, por serlo, implica mucha responsabilidad con la realidad y, por lo tanto, mucha compasión, amor y solidaridad con l@s que más sufren. En la relación humana es donde nos damos cuenta de nuestros apegos y de nuestra "mentalidad egocéntrica".

5. Pero la espiritualidad sólo es posible si empezamos a darnos cuenta de nuestras propias contradicciones y de nuestra esclavitud fundamental. Es decir, habría que empezar a ser conscientes, en primer lugar, de nuestras propias negatividades y contradicciones. Sólo podemos ser auténticamente libres si nos damos cuenta de que estamos ya profundamente esclavizad@s. ¡Somos esclav@s!

Hay un bello mito en la antigüedad y es el "mito de la caverna", que aparece en el libro VII de la La República de Platón. En síntesis, se dice que estamos encadenados frente a un mundo que es sólo de apariencias, contemplando sombras de unos objetos, que ni siquiera vemos. Tenemos la cabeza aprisionada y solo podemos mirar hacia adelante, en el fondo de la caverna, que no es sino una gigantesca pantalla . Si a alguno se le ocurre escapar de esta prisión, viendo en primer lugar los objetos como son en sí mismos, y contemplar el sol de la realidad de cada día, las personas de carne y hueso, los mares, las montañas, el agua y el fuego, etc., y luego pudiera volver de nuevo a la cueva, vería que su vida corre peligro, porque la gente no le creería. Ésta preferiría antes seguir con las cosas cómo están. El/la esclav@ piensa que ésa es su "condición" y ni siquiera tiene conciencia de su encadenamiento. Si lo tuviera, tal vez intentaría escapar o comenzaría a hacerlo.

¡Sólo podemos liberarnos si somos conscientes de que somos profundamente esclav@s!

6. ¿De qué o de quién somos esclav@s? Pues de nuestro propio "ego". ¿Qué es el "ego"? Es una construcción nuestra, que supuestamente nos da seguridad y permanencia en nuestro actuar. Pero es simplemente un presupuesto. Porque la realidad (y nosotr@s con ella) es esencialmente impermanente. Podíamos pensar que el "ego" es producto del miedo y del "instinto" de conservación. En cierto sentido, incluso pudiéramos pensar que es funcional, siempre y cuando no lo creamos demasiado y no nos aferremos a él. El problema es cuando el "ego" se fortalece. Entonces se convierte en perjudicial. Espiritualidad es sinónimo también de flexibilidad.
Es como si alguien que, para protegerse de los ladrones, construyera una casa a prueba de todo y con todas las protecciones posibles e imaginables, sobre todo si tiene mucho dinero para eso… Y pensara después que ahora por fin estaba seguro. Sin embargo, viene un terremoto y las paredes y cierres herméticos no le permiten escapar a tiempo… Es la paradoja de los extremos.
Pues bien, podemos entender de una manera sencilla la Espiritualidad como la superación del ego en y desde lo cotidiano. En todo caso, hay que tomar esto con tranquilidad y perseverancia.

Lo importante es ir concientizándonos de nuestras contradicciones, entender (vivencialmente, no meramente con la cabeza) porqué se producen y que el mejor camino de salida es relajarse, meditar y "purificar" así nuestra mente perturbada. En otras palabras, "hacer silencio" en la mente, llegar a la "otra orilla" (Nirvana), sin espacio-tiempo, donde todo se explica, pero es inefable e incomunicable.

El Maestro de Galilea ya lo decía, en otras palabras: "Quien quiera salvar su vida, la perderá, pero quien pierda su vida por mí, la encontrará" (Mt 6,25) y "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame" (Lc 9,23) .

7. ¿Y el Anarquismo? ¿Cómo encaja en todo esto?

En primer lugar, es preciso decir que no nos referimos aquí solamente al Anarquismo histórico, aunque arrancamos de él. Algun@s anarquistas fueron ate@s (otr@s creyentes de una "religión universal" y algun@s incluso de religiones históricas, aunque siempre crític@s de sus institucionalidades) y se pelearon con las religiones, con las creencias en los dioses ("alienación") , en especial con el cristianismo, pero tod@s ell@s tuvieron "su" Espiritualidad. Aquí queremos más bien partir de una concepción más actual, que podríamos entender y denominar Neo-Anarquismo, que creemos que conecta con esa espiritualidad, a veces "difusa", del Anarquismo.

En segundo lugar, si esto es así, intentemos caracterizar el Neo-Anarquismo (NA). Nos parece que existe en el pensamiento-praxis neoanarquista unas cuatro intuiciones básicas, que describimos a continuación.

7.1. La autogestión es una de las más centrales, posiblemente la que más. Significa ante todo una filosofía y una metodología que parten de dentro-afuera, de abajo-arriba, de micro-macro. Significa que cualquier organismo social, en la dimensión en que esté vivo, tenga condiciones para resolver sus propios problemas con la metodología de abajo-hacia-arriba. Es decir, que cualquier persona o grupo esté capacitado para, por su propio dinamismo interno, encontrar soluciones para los obstáculos que se presenten. Y no sólo obstáculos, sino para crear desde sí mismos otras posibilidades de llevar adelante cualquier proyecto. Significa buscar los recursos en un@ mism@ o en la propia comunidad. Como escribimos en otra ocasión:

"'Autogestión' significa por lo tanto auto-organizarnos, sin poderes extremos o separados que nos dicten lo que hay que hacer. Es un principio que abarca todos los ámbitos de la vida y que es muy exigente. Su eficacia depende de lo que estemos dispuestos a sacrificarnos por este ideal".

La pregunta clave sería aquí si toda persona o todo grupo, como tal/es, están capacitado@s ya de sí para hacerlo. Aunque parezca idealista o carente de sano realismo, una postura neoanarquista tenderá a pensar que sí. Eso no impide que pueda tener "ayudas" foráneas, pero no cree en el dirigismo de aquellos/as que pretenden ayudar basándose en el principio de que l@s afectad@s por un determinado problema (u opresión) no se pueden liberar por su propia cuenta todavía y necesitan, por consiguiente, de nuestra "ayuda".

Lo problemático de esta manera de pensar es que es un tanto "colonialista", o "paternalista/maternalista", ya que no cree en las más profundas capacidades del/de la oprimid@/marginad@/excluid@ para resolver (o comenzar a resolver) sus propios problemas. De esta manera consideramos a l@s oprimid@s como "incapaces"de luchar por su propia liberación.

Por el contrario, el NA valora a cada un@, pues cree que siempre tiene capacidades para resolver dichos problemas. La pedagogía NA consistirá en desarrollar esto o contribuir a que se produzca, en caso de que el/la oprimid@ sea tan oprimid@ que su falta de autoestima le impida luchar por su dignidad y por sus derechos. Parece realmente que uno de los aspectos más básicos de toda lucha social y personal es cómo empezar a trabajar la autoestima.

La autogestión debe ser total o, por lo menos, tender a eso. Eso significa que debe darse en el ámbito económico, social, político, cultural, humano en general. No basta que solamente se dé de un modo fragmentario. En este caso, es sólo una semilla anarquista. Necesita articularse y expandirse en todos los niveles, no sólo personales sino también colectivos. En otras palabras, no se puede ser, por ejemplo, un revolucionario social y luego ser un "machista" en casa. No encaja. Es pura contradicción, algo anti-espiritual, porque en la Espiritualidad es clave también la coherencia entre discurso y vida (no dualismo).

En todo caso, la autogestión significa confiar en la persona, creer que en lo más profundo de cada un@ hay siempre un fondo de bondad, creatividad, inteligencia y otorgar igualmente un papel importante a la autoestima.

7.2. Acción directa. ¿Hay alguna duda de que el Anarquismo como tal siempre ha rechazado el Estado? Pues ésta es una de sus principales actitudes también. Igualmente ha criticado las instituciones que desarrollan esquemas verticalistas y autoritarios de decisión (o sea, casi todas las instituciones…). En esto, el Anarquismo ha sido siempre muy radical.

La acción directa implica no delegar las cosas, sino experimentarlas por un@ mism@, personal o grupalmente. Inicialmente, era una postura anti-parlamentaria, por desconfiar profundamente de que en los Parlamentos pudieran solucionar nuestros propios problemas. Los diputados representan sus propios intereses partidarios o hay corrupción. En el mejor de los casos, desconocen nuestros problemas y cómo experimentamos la pobreza, la marginación, la exclusión, la opresión, porque no la viven. Por tanto, actuemos desde abajo, desde nosotr@s mism@s, con los medios que nos sean más propios y directos, sin delegar o relegar (delegar=relegar) nuestros intereses (colectivos). Actuemos ya, con cierta "espontaneidad organizada", valga la aparente contradicción. Es decir, organicémonos colectivamente, pero actuemos con cierta inmediatez y espontaneidad. En caso contrario, el tiempo juega en contra nuestra. ¡Así se piensa "en anarquista"!

A veces se ha criticado al Anarquismo por ser espontaneista y se pueden haber producido a lo largo de la historia, sin duda, acciones irreflectidas, con consecuencias negativas posteriormente. Este es el riesgo de un "espontaneismo absoluto". Pero el extremo contrario, no deja de ser también pernicioso. ¡Nunca se resuelve nada!

7.3. La insistencia en la asamblea, también ha sido una constante en la praxis anarquista, si bien para las tendencias individualistas del Anarquismo esto ha parecido otro dominio sobre el individuo. En la asamblea espera encontrar el/la anarquista un espacio libre para encontrarse, opinar, tomar decisiones sobre los temas que le atañen y planificar su ejecución. Tod@s están llamad@s a participar, sin exclusiones, porque los problemas son de tod@s y tod@s deben, en consecuencia, resolverlos.

La manera de hacer anarquista busca en esto la unanimidad. Sin duda, eso retrasa las discusiones y las hace más amplias, pero con el consenso se tiene la garantía de que no hay exclusiones de nadie y que lo decidido es nuestro. No es contradictorio con esto la existencia de comisiones, que ejecutan algunos aspectos específicos, siempre y cuando dependan de la Asamblea General y a ella le den cuentas.

Si los ámbitos asamblearios son más amplios y se debe compartir en otros lugares con otras asambleas, es posible pensar en una delegación de las decisiones tomadas en alguien que las traslada a ese otro ámbito, pero sin mandato de decidir por su cuenta. Es un/a mer@ transmisor/a de las decisiones tomadas consensualmente en otro espacio más restringido y en cualquier nueva decisión en este otro ámbito tiene que consultarlo con su anterior grupo, ya que cada uno de ellos es autónomo y autosuficiente. Evidentemente, la tecnología comunicacional de nuestros días facilitaría esto que en otras épocas podía ser más complicado. Además, cualquier cargo, en perspectiva ácrata, siempre es fiscalizable, rotable y renovable. No hay cargos fijos, ya que éstos que pueden llevar a acumulación de poder.

7.4. Otro aspecto importante es el espíritu libertario e igualitario. Es la gran propuesta del Anarquismo: la libertad. Pero no como la entiende la derecha, los conservadores, que sospechan siempre de la libertad y, en todo caso, piensan en una libertad con desigualdad. Es más, se piensa que la desigualdad es necesaria para el desarrollo de la libertad y el progreso, en los sectores derechistas más "liberales". Es el caso del actual neoliberalismo, que en esto es "ultra-liberal". Pero el/la anarquista no quiere una libertad sin igualdad. Si la libertad no está penetrada de igualdad, termina corrompiéndose.

En el Anarquismo se piensa que la libertad es presupuesto imprescindible para una relación humana. Sin libertad no hay posibilidad de crecimiento, de profundización, de "humanidad". Por eso, el Anarquismo siempre ha sido muy crítico del "socialismo de Estado" (que en mucho casos terminó siendo un "capitalismo de Estado"), en cuanto que ha sido autoritario, verticalista, "dirigista" y prostituyó la participación al reducirla a mera ejecución de órdenes tomadas arriba, no discutidas por la base, y que tiene que ejecutar porque supuestamente son en su propio beneficio (?).

"Todos somos iguales, pero unos son más iguales que otros…", es la trágica e irónica afirmación de ´La rebelión en la granja´, de G. Orwell (1945), que el Anarquismo siempre denunció en los sistemas autoritarios, sean del signo que sean. Por eso, el Anarquismo siempre ha sido mal visto por los sectores conservadores/liberales, al que acusan de ser generador de caos y desorden (evidentemente, para ellos lo es…) y por los sectores de izquierda autoritaria, acusándoles de "radicalismo pequeño-burgués" y "aventurismo radicalista". Y, por supuesto, perseguidos por unos y otros. Es el precio de ser tan alternativos.

Piensa el Anarquismo que nuestro fondo antropológico es intrínsecamente libertario e igualitario, pero que la "educación" recibida (autoritaria) ha prostituido nuestro fondo para adecuarlo a los intereses (más o menos encubiertos) de una minoría. En esto se parecería al planteamiento pedagógico de J.-J. Rousseau. Por eso, el Anarquismo ha prestado históricamente mucha atención al aspecto pedagógico (cfr. también a W. Godwin). Digamos que siempre aspiró a hacer una revolución pedagógica. O una pedagogía revolucionaria, que fuera realmente "educativa" e integral, y no meramente "bancaria", "domadora de fieras" o "condicionadora de la conducta humana", en orden al desarrollo meramente de habilidades y no de la capacidad crítica de pensar, de decidir, de discutir democráticamente y de… autogestionarse.

En esto, revoluciona el concepto mismo de "democracia" (formal), que se entiende normalmente como espacio de "representatividad" y de cierta participación, para entenderla como algo fundamental, no meramente funcional. Lo fundamental es que la democracia sea efectivamente eso, "dominio del pueblo", donde todo se decide "abajo", se discute y se buscan soluciones para los problemas de tod@s.

Esto exige, por consiguiente, una fuerte Espiritualidad, ya que supone superar la "mente egocéntrica", para buscar los intereses colectivos y el Bien Común. Esto es precisamente lo que consideramos en nuestro punto siguiente. Pero antes de terminar este punto, digamos que el Neo-Anarquismo retoma estos planteamientos históricos del Anarquismo e introduce elementos nuevos, como la conciencia ecológica radical, el feminismo y perspectiva de género, el pacifismo, el indigenismo, etc., junto con otras muchas reivindicaciones más sectoriales, pero no por eso menos importantes, como son las reivindicaciones culturales, de "nacionalidades reprimidas y oprimidas", el derecho a la libertad de tendencia sexual, el derecho de l@s discapacitad@s, el respeto a todas las diferencias… todo ello interpretado en línea anarquista.

¿Y el tema de la violencia? No hay acuerdo histórico en esto dentro del Anarquismo, pues en esto ha habido posturas y prácticas muy diversas. Desde la "propaganda por la acción" entendida como "terrorismo" y asesinato de tiranos, hasta la no-violencia activa radical del tipo: "¡hasta que me maten!". Sin embargo, dentro de un Neo-Anarquismo contemporáneo se podría aceptar que eso, en todo caso, es libre decisión de los propi@s oprimid@s, prefiriendo tal vez una no-violencia activa, ya que la violencia siempre es autoritaria, anti-dialogante y una forma de poder impositivo. Y, ¿hay alguna duda que el anarquista detesta el poder y busca como "disolverlo", de tal manera que, distribuido entre tod@s, a nadie destruya?

8. El encuentro entre Espiritualidad fundamental (EF) y Neo-Anarquismo (NA) es, pues, imprescindible. He aquí el punto clave. Según lo que vimos anteriormente, prima hoy una epistemología que no sea dualista. Se trata de superar los dualismos y sustancialismos del tipo que sean. Es decir, no podemos convertir la EF y el NA en nuevos sustancialismos, nuevos dogmas. Son ambos, ante todo, una filosofía de vida y una metodología ("camino") de enfrentar las cosas que nos suceden, con cierta inteligencia y coherencia.

Defendemos aquí que hay que superar la contradicción entre lo interior y lo socio-político. Por consiguiente, defendemos que esa EF puede funcionar muy bien unida al NA y viceversa. Veremos así que lo social es también un problema espiritual y que lo espiritual es un problema social. Ambos van juntos, porque la vida no es divisiva. Mística y Revolución son dos caras de la misma moneda.

En la práctica social podemos aprender mucho de libertad e igualdad, pero igualmente el trabajo sobre nuestras "mentes condicionadas" (en tanto que egocéntricas) es clave para que seamos gentes libres, fraternas/sororales, amantes de la naturaleza, abiertas a aprender y a sorprendernos, a conjugar nuestra mente con nuestra corporalidad, a expandir nuestras capacidades estéticas y creativas al máximo, a discutir, a decidir libremente, a ejercer nuestra sexualidad sin represiones ni agresiones a l@s demás, a descubrir nuestro "fondo bueno", por muy en el fondo que esté, a saber organizarnos en la producción, la distribución, la circulación y el consumo de los bienes, a tener un poder compartido y práctico, a poseer incluso una concepción de la vida que no nos enrede en problemas teóricos eruditos pero poco prácticos para la vida cotidiana, etc. En una palabra, a una vivencia holística de la Vida, valga la redundancia.

Para eso apostamos mucho en el aspecto educativo/pedagógico (aunque no sea solamente el formal). El ser humano todavía está en un nivel muy primario de su desarrollo, pero es capaz de cosas muy buenas y de ser creativo, junto con los demás. Sólo así podrá ser algún día feliz, pese a lo desvirtuada que está la palabra: diríamos mejor, plenamente autorrealizado. Pensamos que los valores "religiosos" son aquí importantes, pero no tenemos más espacio para desarrollar esto. Podemos entender 'religión' aquí como 'religación': a la naturaleza, a nuestro propio ser, a los demás (principalmente a l@s más excluid@s), a un Dios de la Vida y no tiránico, ni ídolátrico, etc.

Por consiguiente, EF y NA son una misma cosa, sólo que desde diferentes puntos de vista, que debemos unificar. Esto no es mera cuestión teórica ni mera discusión política. Es cuestión de práctica y de vida. Por eso, todavía resuenan en nuestros oídos aquella recomendación de Jesús al escriba que le había contestado bien sobre quien era su prójimo: "Ve y practícalo" (cfr. Lc 10, 37).

¿Tenemos miedo a ser libres? ¿Y a ser iguales?

rui manuel grácio das neves
managua (nicaragua)
06.11.02.

TERESA DE ÁVILA Y EL ZEN

Para mi amiga
Lenira Moraes,
de São Paulo (Brasil)



TERESA DE ÁVILA Y EL ZEN



1. No soy un especialista en Santa Teresa de Jesús ni en el Budismo Zen. Sin embargo, como estudiante de Espiritualidad, como alguien muy interesado en Espiritualidad de una manera vital, quisiera abordar brevemente el tema de la relación de Teresa de Jesús y del Zen en lo referente a un tema central, como es el de la oración y de la meditación.

2. Como es sabido, los mejores críticos de Espiritualidad cristiana, conocedores de Santa Teresa[1], encuentran en sus escritos una serie de grados de oración, que ella habría formulado. Se han tornado ya clásicos de toda la Espiritualidad universal. Serían estos los siguientes:

1. ORACIÓN VOCAL

2. MEDITACIÓN U ORACIÓN MENTAL

3. ORACIÓN AFECTIVA

4. ORACIÓN DE SIMPLICIDAD

5. ORACIÓN DE RECOGIMIENTO INFUSO

6. ORACIÓN DE QUIETUD

7. ORACIÓN DE UNIÓN SIMPLE

8. ORACIÓN EXTÁTICA

9. ORACIÓN DE UNIÓN TRANSFORMATIVA

Si no nos falla la memoria, en los tres primeros predominaría la acción humana y en los seis siguientes, la divina (siendo el cuarto y el quinto de transición). O mejor, estando siempre presente la iniciativa divina, en los tres primeros parece que es el ser humano quien lleva la iniciativa, mientras en los seis siguientes es claramente el Innombrable quien lleva las riendas del proceso. En general, hay un gran consenso entre los místicos cristianos (por ejemplo, también en San Juan de la Cruz) y sus comentaristas, en distinguir estos dos niveles:

(1) el nivel ascético (o activo), de “iniciativa” humana;
(2) el nivel místico (o contemplativo), de iniciativa divina.

En la primera etapa, el ser humano tendría la gran tarea de purificación, a través de un trabajo continuado de ascetismo, mientras en la segunda etapa sólo le queda dejarse en manos del Bendito, para que complete El/Ella/Ello el mismo proceso anteriormente iniciado.

(Lo normal es que éste sea el orden, pero Dios tiene sus propios caminos, que conoce mejor que nadie...).

También parece una idea común el que estos grados de oración, meramente indicativos (no absolutos), deban darse como predominancia de uno de ellos sobre los demás. No quiere decir que en otro momento, alguien, por ejemplo, que esté en el grado seis de oración, no practique también, incluso, el grado primero... Se trata, pues, de una cuestión de mayor o menor acentuación espiritual.

3. Puestas así las cosas, ¿qué interés tiene apelar aquí al Zen y a su práctica meditativa llamada zazen? Parece algo muy diferente, sacado de otro contexto espiritual[2].

Sin embargo, me atrevo a decir que no es así y que ambos pueden ser complementarios (al igual que lo que ocurre con el otro gran maestro de Espiritualidad cristiana que es San Juan de la Cruz)[3]. Tengamos la mente abierta, seamos macro-ecuménic@s.

¿Cómo?

Muy “sencillamente”.

Teresa de Jesús nos muestra el marco del proceso a llevar, pero no nos dice tanto cómo se puede llegar a ello. Evidentemente, es siempre la “iniciativa” (lo que se llama “gracia” en la tradición cristiana, intentando superar la visión a veces meramente “cosística” que se ha tenido de ella a veces en Teología...) del Padre/Madre quien conduce el proceso, pero también es claro que el ser humano tiene que participar en él, consciente y voluntariamente.

Siendo así, planteada crudamente la cuestión, ¿hay algún “camino” especial a utilizar para ir subiendo en la “escalera espiritual” (metáfora)? Es decir, ¿hay algún “método” (en el sentido de “camino” y no tanto de “técnica”) que sea posible utilizar y que nos haga progresar a nivel espiritual?

4. En realidad, a los autores espirituales no les gusta mucho hablar de métodos[4].

Más bien piensan de manera contraria. No hay método. La “gracia” descubre su propio método. Cualquier método parece artificial, como si le pusiéramos condiciones a Dios. Ellos y ellas siempre nos han dicho que más bien es al revés, que “hay que dejar a Dios ser Dios”.

Por supuesto, ningún método atrapa al Inefable.

Pero si entendemos que “Camino” o “Vía” como nuestra personal responsabilidad en el proceso, entonces ya se puede entender que no se trata de quedarnos con las manos cruzadas y diciendo que el Absoluto haga todo. Creo que esto no sería una manera seria de enfocar nuestro propio trabajo espiritual y/o nuestro crecimiento humano.

5. Pero no existe un solo camino. Hay muchos caminos. Creo que tiene razón la metáfora hindu que compara esos caminos con la escalada a una Montaña. Todos van hacia allá. No importa cuál de los senderos se utiliza. Lo importante es llegar a la Cumbre.

Hay miles de caminos y senderos. Cada uno puede escoger y hasta crear el propio. Lo que se trata es de que las “muletas” nos ayuden a caminar, cuando somos tant@s l@s coj@s que caminamos... Pero va a llegar un momento en que también las “muletas” tengan que ser tiradas, porque ya resultan un impedimento, más que un apoyo. Sirvieron en otro momento, pero ya no más.

Lo afirma muy bien el gran filósofo L. Wittgenstein[5], cuando escribe en una de sus tesis que la escalera sirve para subir, pero llega un momento posterior, cuando ya se está arriba, en que hay que arrojarla fuera. Lo había dicho un poco más poéticamente el mismo Buda, con su imagen de la barca que sirve para atravesar el río, pero que se convierte en un estorbo que hay que dejar cuando hemos llegado precisamente a la otra orilla.

6. En este sentido, aparece el Zen y, en concreto, la práctica del zazen como uno de los posibles caminos a utilizar. Por supuesto, es válido para quien esté antropológicamente adaptado a él (en general, el uso de un método u otro es más bien cuestión psicológica). En mi opinión, tiene una serie de ventajas:

(1) Es inmediata y directamente contemplativo. Va a lo esencial.
(2) Es relativamente “fácil” de entender su propuesta.
(3) Utiliza medios sencillos para conseguirlo.
(4) Su práctica está bastante bien normatizada.
(5) Tiene muchos siglos ya de experiencia.
(6) No implica ser budista.
(7) Hay maestr@s que nos pueden acompañar.
(8) Se trata sencillamente de aprender a meditar.

Por supuesto, no es una panacea tampoco. Tiene sus reconocidas dificultades, pero me parece que su búsqueda contemplativa, que no exige intrincados problemas metafísicos, pues se trata ante todo de hacer silencio profundo en la mente, puede unir macroecuménicamente a mucha gente de diferentes religiones históricas o de ninguna (incluso a ateos y agnósticos, pues defiendo personalmente que la Espiritualidad está más allá de las religiones y es vitalmente beneficioso para cualquier persona, sea cual sea su planteamiento filosófico o religioso de la existencia humana: en definitiva, en mi opinión, practicar la Espiritualidad es sencillamente aprender a vivir).

Puede que alguien sea más devocional y afectivo, y prefiera caminar por otras sendas (es el caso de la bakhti hindu o, muy probablemente, el caso de gran parte del cristianismo). En todo caso, siempre es una exigencia fundamental para cualquier Espiritualidad la opción por l@s pobres y excluid@s, así como el trabajo permanente por la Justicia y la Paz.

Sin embargo, estoy dispuesto a afirmar que, para cualquier persona, el zen puede ser un excelente camino contemplativo para “llegar” a los mayores “avances” espirituales (que más bien consiste en “retroceder”, en limpiar, en purificar).

7. Una última consideración. En la práctica del zazen se puede hablar de tres niveles: (1) el zazen estático (el que se practica sentado); (2) el zazen intermedio (el andar meditativo o kin-hin); y (3) el zazen dinámico (el que se practica en cualquier momento del día, pues se trata de vivir con Atención Permanente cualquier momento de nuestra existencia, dado que “vivimos” normalmente con mente dispersa).

En este tercer sentido, el zazen dinámico puede ser una práctica de las 24 horas del día. Y así, la meditación no es algo que se “logra”, sino algo que llega libremente a nosotr@s. Porque, pese a todo, un camino sigue siendo un camino, y nadie lo controla, somos libres de recorrerlo o no, o de buscar otros caminos mejores para nosotr@s.

No se llega a la Meditación. Es la Meditación la que nos inunda a nosotr@s.

Pero la paradoja mística es que la Luz del Sol se hará visible sólo si hemos limpiado antes los cristales sucios de nuestro interior.






rui manuel
nagpur
(india)
15.11.06
(fiesta de
Alberto Magno O.P.)
[1] Entre ellos al famoso P. ARINTERO, en sus Cuestiones Místicas, BAC, Madrid, 1956.
[2] No voy a entrar aquí en presentar el Zen. Hay otra gente que lo puede hacer mejor que yo. Incluso, yo mismo lo he intentado presentar de manera “sencilla” en otro momento.
[3] En cuanto al Maestro Eckhart, ya ha habido más trabajos de encuentro entre sus planteamientos y los del Zen.
[4] Uno de los mayores críticos de los métodos, en la espiritualidad contemporánea universal, es J. Krishnamurti. Pero también muchos otros místicos y místicas comparten esta misma visión.
[5] WITTGENSTEIN, LUDWIG, Tractatus Logico-Philosophicus, Alianza Editorial, Madrid, 1994 (Traducción española de Jacobo Muñoz e Isidoro Reguera).